Chaleco que blindó su vida

Hace 8 días se enfrentó a un sospechoso y ?recibió un disparo que pudo matarle.Diego, (nombre protegido), tiene 30 años, y se enfrentó a un desconocido que tiene una boleta de detención por asesinato. El hecho ocurrió el martes 15 de abril en el sector de la Argelia, suroriente de Quito.El hombre contó a ÚLTIMAS NOTICIAS cómo ocurrieron los hechos esa noche en la que el chaleco antibalas salvó su vida. Todo se inició cuando el detenido chocó contra otro vehículo en el Distrito Eloy Alfaro. Los motorizados, que estaban a cargo del operativo, pidieron refuerzos a los uniformados de los sectores cercanos.

A ese llamado acudió el motorizado, oriundo de Tungurahua, pues vio pasar la camioneta reportada en su sector de patrullaje.

Él inició la persecución en la av. 21 de Agosto y persiguió al automotor hasta que se detuvo. Su primera reacción fue pedir los documentos de las dos personas que estaban en el interior del vehículo.

El policía, recuerda que ese momento el conductor salió y le dijo a la mujer que le acompañaba dame la pistola, la intención habría sido dispararle a quemarropa pero el arma no estaba rastrillada y el disparo no se produjo.

En ese momento, Diego se lanzó sobre el sospechoso y forcejeó para poder quitarle el arma, a pocos minutos se escuchó el primer balazo que impactó al uniformado en el lado izquierdo del pecho, gracias a Dios estaba con el chaleco, afirmó. Además, dice que ese momento tuvo la sensación de que sangre salía de su cuerpo, también sintió que las fuerzas se le estaban terminando pero respiró decidí continuar hasta atrapar al sospechoso sin importar lo que me podía pasar.

El agente cuenta que siempre lleva puesto el chaleco antibalas por el peligro al que está expuesto y solo se lo quitaba cuando su turno ya había terminado y va a dormir. Aquella noche, hubo un segundo disparo, que dio en el portón de una casa.

El forcejeo continuó pero ahora el antisocial lanzó el arma para que su acompañante dispararse contra el policía. Al ver el arma en su espalda, el uniformado pateó la mano de la mujer y ella soltó el arma.

Luego de una pelea de cerca de 10 minutos, el uniformado ya no pudo detenerlo. Quería seguirle pero ya no tenía fuerzas y el desconocido volvió a huir pero para ese momento otras unidades ya lo buscaban. Después de 15 minutos fue detenido.

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