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2014-10-20 06:32:27

Pega y patea bien duro

JuanJuan Zapata condecoru00f3 a u00d3scar Sosa por su corona internacional. Ericka Guarachi / u00daN

Cuando retornó de Buenos Aires, Argentina, la semana pasada, las dos hijas de Óscar Sosa le dijeron que parecía un mapache. El policía metropolitano había sido golpeado en el ojo por un señor de apellido Marconi. Tenía un gran moretón y uno que otro golpe en el cuerpo. Pero a su contrincante le fue peor.El 12 de octubre, ganó por cuarta vez el título mundial de kick boxing en la capital argentina. Cuando retornó, sus compañeros y jefes le tenían reservado un merecido homenaje, que se cumplió el jueves pasado en el cuartel de la Policía Metropolitana. Las instalaciones están ubicadas en el sector de Puengasí, en el suroriente.

Óscar Sosa tiene 36 años, 15 de estos, en esta institución. Tiene a su padre como su máximo referente en la pelea. Carlos Sosa, fue boxeador en el tradicional barrio quiteño de San Juan. Sus luchas y sus hazañas fueron contadas por sus tíos en las reuniones familiares, pues era todavía muy pequeño para haberlo visto en un ring.

Entre las anécdotas se incluían aquellas en las que él vencía a sus oponente pese a su corta estatura, recordó Sosa. Óscar vivió en San Juan sus primeros años. Luego residió durante 25 años en otro conocido barrio de Quito, el Comité del Pueblo. Actualmente es morador de Carapungo.

A su padre al principio no le gustaba que practicara este deporte por temor a que se hiciese daño. Sin embargo, con los años cambió de opinión, viendo el progreso de su hijo. El amor por los combates empezó a los ocho años aunque las disciplinas fueron cambiando: se inició en el taekwondo. Perteneció a la selección en esta disciplina del Colegio Mejía y en 1998 ganó su primer campeonato. En el 2002 cambió de disciplina y pasó al kick boxing. Al principio le costó: las primeras cinco luchas las perdió; pero, eso no fue una barrera.

Para el tetracampeón el golpe más fuerte que ha recibido no fue en los combates sino cuando su entrenador, Pavel Vega, falleció en el 2008. Él no cree en la suerte pero sí en el esfuerzo y la disciplina. Entrena de lunes a sábado. Dijo que la institución le da facilidades. Explicó que, por su edad, deberá retirarse del kick boxing en dos años, cuando cumpla 38.

Pero, no dejará el deporte que ama, además, transmitirá sus conocimientos a los potenciales campeones. La próxima pelea por un título mundial la llevará a cabo en Tailandia, en el 2015. En diciembre de ese año, Sosa defenderá su título frente a Darío Albornoz y lo recaudado será entregado a una fundación, señaló el deportista.

Ericka Guarachi (I) Redacción Quito