Niños recuerdan vidas pasadas

Muchos niños tailandeses vienen al mundo con algo más que un pan bajo el brazo, se traen los recuerdos de sus vidas pasadas, una creencia budista arraigada sobre todo en las zonas rurales.Como todos los niños, Nopporn Jairaew nació inocente, al menos hasta que a los 2 años de edad reveló a sus padres que en su existencia anterior murió de un disparo tras entrar a robar en la casa de un vecino. Al principio, sus progenitores se resistieron a creer al niño, que insistía incluso en que en aquella vida se llamaba Teep, porque no querían enfrentarse al mal 'karma', las retribuciones o castigos que cada uno recibe por las buenas y malas acciones.

Para probar si Nopporn era la reencarnación de Teep, lo llevamos al médico. Entonces, descubrimos que tenía tres marcas en los mismos lugares donde el disparo había entrado y salido en la mandíbula y la cabeza, explicó su madre, Po Jairaew.

El pequeño visitó a sus padres de su anterior vida, unos ancianos con canas que vivían cerca y que lo recibieron como si fuera su propio hijo. La historia de Nopporn fue acogida con absoluta normalidad en la pequeña aldea al norte de Bangkok.

En el 2006, otro vecino llamado Monkhol falleció a causa de un rayo. En el funeral, sus familiares le hicieron una marca en la frente y el pecho para poder reconocerlo en caso de que renaciese. Unos años más tarde, los padres del campesino recibieron la visita de una madre con su hijo, quien aseguraba ser la versión renacida de Monkhol.

Khao Takro (Tailandia). EFE (I)